Reunión, una pequeña joya en el Índico

Isla de Reunión, vista desde satélite

Perteneciente al archipiélago de las Mascareñas, junto a las islas Mauricio y Rodríguez, en el Océano Índico, la isla de Reunión se encuentra situada 700 km. al este de Madagascar y 200 km. al suroeste de Isla Mauricio.

Constituye una región francesa de ultramar y es el departamento número 974. Su capital es Saint-Denis.

Variada orografía

Circo o caldera de Mafate

La isla, de forma casi redonda, tiene una extensión de 2.512 km² y destaca por su relieve montañoso de cuyo origen volcánico dan buena cuenta sus dos grandes volcanes, el Piton des Neiges, que, con 3.069 m., es su montaña más alta, y el Piton de la Fournaise, de 2.632 m., que entra en actividad de vez en cuando, convirtiéndose en un verdadero foco de atracción para numerosos turistas que se acercan a ver sus coladas de lava.

Asimismo, el centro de Reunión se caracteriza por la existencia de tres gigantescos circos: Mafate, Cilaos y Salazie.

Las llanuras de su litoral son estrechas, elevándose rápidamente el relieve hacia el interior. A lo largo de aproximadamente una quincena de kilómetros al oeste y sur de la isla se extiende de manera discontinua una hermosa barrera de coral.

Un clima benigno

Mapa pluviométrico de la isla de Reunión

Reunión goza de un clima tropical, influenciado por varios factores: su situación geográfica en el Océano Índico, cerrado por el norte y abierto por el sur hacia el Océano Antártico, el relieve, la altitud y la exposición a los vientos alisios, que soplan del este-sureste. Así, la vertiente este es más húmeda porque es la que recibe los alisios, mientras que la oeste es más seca al quedar protegida por el relieve. Las temperaturas y precipitaciones varían según la altitud y la orientación. En la costa oscilan entre los 21 ºC en invierno y los 29 ºC en verano, mientras que en las partes altas, aproximadamente a partir de los 1500 m. de altura, va desde los 12 ºC en invierno a los 17 ºC en verano.

El año se d

ivide en dos grandes estaciones: “el invierno”, seco y fresco, que dura de mayo a octubre y que sólo tiene el nombre, salvo en las cumbres, y “el verano”, húmedo y cálido, que se extiende de noviembre a abril, recibiendo dos tercios de las lluvias anuales. La exposición al sol es importante todo el año, incluso en plena estación de lluvias, lo que le concede la isla el privilegio de un eterno verano.

Isla de curiosas especies

Reunión posee, en principio, una flora original, sin demasiada influencia exterior. Sin embargo, numerosas variedades han sido introducidas posteriormente por el hombre. Entre las especies de palmeras de todos los continentes que alberga la isla, destaca el “Latanier de Bourbon”, original de la misma. En los bosques abundan asimismo muchas orquídeas salvajes. Algunas especies animales típicas de la isla son el “Paille-en-queue”, ave que anida en los acantilados cerca del mar, la “Papangue”, rapaz que a menudo sobrevuela los circos y barrancos y los ciervos de Java, que viven en los bosques de mediana altitud. Bajo el océano se desarrolla una rica fauna y flora coralina que hace las delicias de los submarinistas: corales de preciosos colores, atunes, barracudas, doradas, etc.

Un crisol de culturas y credos

Dipavali o fiesta hindú de la luz

La isla de Reunión cuenta hoy en día con una población de cerca de 800.000 habitantes, de orígenes africanos, europeos y asiáticos, que han llegado a mestizarse. De toda esta riqueza cultural, el pueblo reunionés ha sabido forjar una lengua vernácula: el criollo, heredado del francés y salpicado de palabras malgaches, hindis o tamules. Pese a que el francés es la lengua oficial de esta región, el criollo es de uso corriente. Los habitantes de la Reunión no olvidan sus viejas raíces. Así, musulmanes, católicos e hindúes se codean en este pequeño microcosmos cultural: en el centro de las ciudades se puede escuchar tanto el canto del almuecín, llamando a la oración, como las campanas de las iglesias. Pero, es la comunidad hindú, la que le confiere a la isla sus costumbres más marcadas. En octubre-noviembre el “Dipavali” o fiesta hindú de la luz reúne a millones de fieles en procesiones y espectaculares marchas sobre el fuego.

Ricas gastronomía y artesanía, productos del mestizaje

Cambarre, típico postre de color violeta

La cocina, como la población, es mestiza; tiene influencias francesas, indias, chinas, etc. La gran especialidad local es el “cari”, un ragú perfumado de carne, ajo, cebolla, jengibre y otras especias del país. El cari se sirve con arroz blanco, judías, habas o lentejas. Existe también el “cabri massalé”, un plato de origen indio que, al principio, se comía sobre hojas de platanera.

Los chinos han aportado también su saber-hacer culinario y la mayoría de sus platos son originales de Cantón. Son también célebres los postres como el “Cambarre”, con un sorprendente color violeta que no tiene nada de química, el pan de fruta, el pastel de batata, etc.
En cuanto a la artesa

nía, ésta se caracteriza por diversos objetos como joyas, cajas y estuches de lápices lacados, algunos de ellos elaborados con caparazones de tortugas. Asimismo destacan los multicolores tejidos de fibras vegetales.

Un destino que te espera

La isla de Reunión, pequeña joya del Índico, acogerá cálidamente a todos los que se hayan dejado cautivar por la peculiar belleza de este remoto paraíso con aroma a vainilla, cultivo por el que es mundialmente conocida.

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